Artista, pero con titulación superior, igual que cualquier otro estudiante universitario. Éste podría ser el lema de los 310.317 alumnos que el año pasado cursaron estudios de música, danza o arte dramático dejando atrás los prejuicios que todavía rodean a las personas que hacen de estas artes su modus vivendi. Desde que la entrada en vigor de la Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE), en 1990, equiparara los títulos de enseñanzas artísticas, incluidas las Artes Plásticas y el Diseño, a los de la universidad, el camino recorrido ha sido muy largo hasta llegar a la aún reciente creación del Consejo Superior de Enseñanzas Artísticas.
La principal diferencia con otros estudios cuyo fin es la consecución de una titulación superior es que, sobre todo en el caso de la danza y la música, los estudios se inician a edades muy tempranas, en general a partir de los ocho años. En el caso del arte dramático, las escuelas superiores son de un estatus similar al de las facultades y su ingreso es similar. Estas enseñanzas también se distinguen en que no tienen carácter obligatorio, y pueden realizarse, de acuerdo a las expectativas e intereses de cada alumno en conservatorios, centros autorizados o escuelas especializadas.
El futuro llega de Europa
El año 2010, en el que va a tomar cuerpo el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) y que será una realidad en más de 45 países, entre los que se encuentra España, se concibe como todo un reto para las enseñanzas artísticas superiores que se imparten en nuestro país. La principal novedad es que serán reconocidas en toda Europa y deberán medirse con las de otros países europeos. Con este propósito, el Ministerio de Educación, Política Social y Deporte aprobará en un único Real Decreto la nueva ordenación de los títulos superiores de Grado en Música, Danza, Arte Dramático, Diseño, y Conservación y Restauración de Bienes Muebles, de acuerdo con el proceso de convergencia de Bolonia. Esta nueva regulación facilitará a su vez la movilidad y el intercambio de graduados entre instituciones universitarias mediante el desarrollo del denominado Suplemento Europeo al Título (SET). Son enseñanzas que incluirán el diseño de máster equiparables a todos los efectos a los máster universitarios, así como el fomento de convenios con las universidades para la organización de los estudios de doctorado y programas de investigación.
Educación musical
Más de 278.000 niños, adolescentes y jóvenes están inscritos en estos momentos en algún curso de música de los que se imparten en los cerca de 1.400 centros que hay en nuestro país. Algo más de 89.000 de estos alumnos están matriculados en alguno de los 601 centros reglados -conservatorios de música o centros privados- donde los estudios tienen como objetivo final la consecución de una titulación oficial universitaria. El resto de estudiantes cursan sus estudios en centros no reglados, sin capacidad para expedir títulos, en los que se imparte una formación amateur, de carácter aficionado, que trata de que los niños se contagien del ritmo, la musicalidad y los tonos, sin que se aprendan las nociones más básicas de solfeo, ni disciplina académica. Estas escuelas de música tienen unos precios que van de los 30 euros a los 120 euros al mes.
A partir de los ocho años, y tras superar una prueba, los niños pueden matricularse en centros oficiales o autorizados. En esta selección no se evalúan sus conocimientos, sino su capacidad musical y aptitudes. La formación musical reglada se estructura en tres grados: Elemental, de cuatro años de duración; Medio, que se compone de tres ciclos de dos cursos académicos de duración cada uno; y Superior, que comprende un solo ciclo cuya duración depende de las características de cada enseñanza musical. Por tanto, realizar la carrera completa, incluido un instrumento, supone 14 años de media de estudio.
En cuanto a la titulación, la superación del tercer ciclo del grado medio equivale a una diplomatura y la del grado superior a una licenciatura. Tanto el Grado Elemental como el Medio son estudios que se complementan con la enseñanza obligatoria, por lo que los centros que ofrecen estos cursos disponen de horarios adaptados a la enseñanza obligatoria. El Grado Superior está dirigido a jóvenes que deciden hacer de la música su profesión y que suponen alrededor del 4% de los que inician sus estudios en esta disciplina artística. Además de aprobar la prueba de ingreso, para acceder este grado es necesario disponer del título de Bachillerato y del título Grado Medio en enseñanzas musicales. No obstante, la ley también permite el acceso al Grado Superior si se supera una prueba de conocimientos generales y de conocimientos musicales.
Los precios de los conservatorios varían por comunidades autónomas. En general, para el Grado Elemental el precio de matrícula va de los 100 euros a los 350 euros por curso. El coste de la prueba de acceso al Grado Medio también difiere de un centro a otro, y se mueve entre los 20 y 50 euros, en tanto que el precio de la matrícula en Grado Medio varía entre 200 y 500 euros. Por lo que se refiere a los estudios superiores, el coste de la prueba de acceso ronda los 50 euros, y el precio final de la matrícula anual se encuentra entre los 350 y 750 euros, según el número de asignaturas y el centro.
A estas tasas habría que sumar el coste de la compra de un instrumento, imprescindible herramienta de trabajo de los estudiantes. Encaminar los estudios hacia el piano supone un desembolso añadido de 700 euros, el más sencillo, y 7.500 euros, uno de gama alta. Quien se decante por el saxofón puede llegar a pagar hasta 3.000 euros, aunque hay opciones más baratas (desde 800 euros). Tocar el contrabajo equivale a pagar por él entre 500 y 1.200 euros. No obstante, hay opciones más económicas en lo que a instrumentos se refiere, como el violín, que se puede adquirir desde 100 euros.